El 25 de noviembre de 1562 y en el número 82 de la calle Mayor, que entonces se llamaba Puerta de Guadalajara, en Madrid, nace Félix Lope de Vega Carpió, uno de los más grandes y célebres poetas españoles, apellidado con justicia el "Fénix de los ingenios".
A los cinco años Lope de Vega leía en romance y en latín. En el colegio imperial de la compañía de Jesús estudió gramática y retórica, durante dos años; tomó también lecciones de matemáticas. No tenía ni once años cuando escribió una comedia. A los doce años poseía todas las artes del galán: danzar, cantar y manejar la espada. Habiendo perdido a su padre cuando presumía de mozo, Lope deseoso de correr mundo, se puso de acuerdo con su amigo Hernando Muñoz, y juntos marcharon a pie y escasos de dinero a recorrer varias provincias de España.
Llegaron a Segovia. En aquella ocasión propusieron a un platero el cambio de unos doblones y la venta de una cadena de oro. El platero en cambio los denunció, y los dos muchachos, Lope de Vega a sus 14 años (la misma que su amigo), cayeron en manos de la justicia, la cual los devolvió a Madrid bajo los auspicios de un prelado. Lope entró a la Universidad de Alcalá Henares, donde cursó cuatro años de filosofía hasta graduarse de bachiller. Terminando sus estudios el ya notable poeta volvió a Madrid a los 20 años de edad para servir de secretario al duque de Alba; disfrutó con éste de gran favor y privacidad, y por complacerle compuso la Arcadia, enigma misterioso y poema admirable en el que, bajo las humildes apariciones de pastores, el poeta pone en escena los más elevados personajes de su tiempo.
Dos años más tarde, en 1584, contrajo matrimonio con doña Isabel de Ampuero Urbina y Cortinas, hija de un rey de armas de Su Majestad y de una parienta de la madre de Cervantes, pero la paz de este matrimonio fue muy corta, tanto por la infidelidad del gran poeta, como por su carácter pendenciero.
No escarmentado ni arrepentido, Lope continuó con su vida pecaminosa, pero la muerte prematura de su esposa, ocurrida en 1588 y la de su hija Teodora, antes de que cumpliera un año de edad, cambiaron los rumbos del poeta, que buscó en la guerra un consuelo a su dolor. Felipe II, siguiendo los consejos de don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, se disponía a enviar contra Inglaterra la armada La Invencible, como medio para dominar la rebelión de los Países Bajos. Lope de Vega se alistó en aquella escuadra, que se componía de 130 naves con 2,431 piezas de artillería y 30 mil hombres y embarcó en Lisboa.
El desastre de la armada La Invencible, que debido a la mala dirección, a los vientos y a los malos combates, fue dispersada y deshecha, obligó a Lope de Vega a renunciar a la gloria militar, no sin antes haber visto morir en sus brazos a su hermano.
De nuevo en Madrid, admitido como secretario del joven marqués de Sarria, después conde de Lemos, concurrió con éste a Valencia, con ocasión de las fiestas de la doble boda de don Felipe III con Margarita de Austria y de la infanta Isabel Clara Eugenia con el archiduque Alberto; fiestas cuya relación poética escribió y publicó Lope en 1599.
Sin renunciar a sus amoríos, hacia 1603 contrajo segundas nupcias con doña Juana de Guardia, que le aportó una buena dote y le dio dos hijos, Carlos, quien murió a los 16 años de edad y Feliciana Félix, que se casó ventajosamente siendo muy joven.
Ni su esposa, que falleció al cabo de ocho años de matrimonio; ni sus amores Ilícitos con doña María de Lujan, que también le dio dos hijos naturales; ni las ocultas relaciones que sostenía en vida aún de su esposa y de su amante, con la actriz Gerónima de Burgos; nada en fin: ni pasiones, ni glorias, ni contrariedades distrajeron al gran Lope de Vega de sus estudios y trabajos, y con pasmosa fecundidad iba produciendo obras admirables. Algunas de sus comedias fueron compuestas y representadas en 24 horas. En ningún género se acreditó tanto como en el dramático; a los 72 años tenía ya repartidas por los teatros del reino 1,071 obras.
En el espacio de 24 horas (mitad en un día y mitad en otro) componía un drama de 2,400 versos, esfuerzo que repitió más de 100 veces. El conjunto de sus obras formó unos 2 mil dramas y autos, que componen 133 mil páginas, con 21 millones de versos.
El 28 de diciembre de 1611 sufrió una emboscada en Madrid pero salió ileso. Este suceso determinó que en 1614 tomara el estado eclesiástico, recibiendo la sagrada orden del presbiterado, el título de doctor en teología que le otorgó el papa Urbano VIII.
La vida religiosa de Lope de Vega fue muy ejemplar; mandó construir en su casa un oratorio en el que decía la misa, y no podía celebrar el Santo Sacrificio sin derramar copiosas lágrimas; visitaba los hospitales y socorría a los pobres. A pesar de su estado y de su cercanía con el Santo Oficio, continuó con sus amoríos.
El 24 de agosto de 1635, asistiendo, ya enfermo, a unas conclusiones en el seminario de los escoceses, fue acometido de un desmayo. Conducido al cuarto de su amigo, el doctor Sebastián Francisco de Medrano y luego a su casa, falleció tres días después. Sus funerales fueron magníficos; en ellos tomó parte todo Madrid y el cadáver del gran poeta quedó depositado en la cripta de la iglesia de San Sebastián.
A los cinco años Lope de Vega leía en romance y en latín. En el colegio imperial de la compañía de Jesús estudió gramática y retórica, durante dos años; tomó también lecciones de matemáticas. No tenía ni once años cuando escribió una comedia. A los doce años poseía todas las artes del galán: danzar, cantar y manejar la espada. Habiendo perdido a su padre cuando presumía de mozo, Lope deseoso de correr mundo, se puso de acuerdo con su amigo Hernando Muñoz, y juntos marcharon a pie y escasos de dinero a recorrer varias provincias de España.
Llegaron a Segovia. En aquella ocasión propusieron a un platero el cambio de unos doblones y la venta de una cadena de oro. El platero en cambio los denunció, y los dos muchachos, Lope de Vega a sus 14 años (la misma que su amigo), cayeron en manos de la justicia, la cual los devolvió a Madrid bajo los auspicios de un prelado. Lope entró a la Universidad de Alcalá Henares, donde cursó cuatro años de filosofía hasta graduarse de bachiller. Terminando sus estudios el ya notable poeta volvió a Madrid a los 20 años de edad para servir de secretario al duque de Alba; disfrutó con éste de gran favor y privacidad, y por complacerle compuso la Arcadia, enigma misterioso y poema admirable en el que, bajo las humildes apariciones de pastores, el poeta pone en escena los más elevados personajes de su tiempo.
Dos años más tarde, en 1584, contrajo matrimonio con doña Isabel de Ampuero Urbina y Cortinas, hija de un rey de armas de Su Majestad y de una parienta de la madre de Cervantes, pero la paz de este matrimonio fue muy corta, tanto por la infidelidad del gran poeta, como por su carácter pendenciero.
No escarmentado ni arrepentido, Lope continuó con su vida pecaminosa, pero la muerte prematura de su esposa, ocurrida en 1588 y la de su hija Teodora, antes de que cumpliera un año de edad, cambiaron los rumbos del poeta, que buscó en la guerra un consuelo a su dolor. Felipe II, siguiendo los consejos de don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, se disponía a enviar contra Inglaterra la armada La Invencible, como medio para dominar la rebelión de los Países Bajos. Lope de Vega se alistó en aquella escuadra, que se componía de 130 naves con 2,431 piezas de artillería y 30 mil hombres y embarcó en Lisboa.
El desastre de la armada La Invencible, que debido a la mala dirección, a los vientos y a los malos combates, fue dispersada y deshecha, obligó a Lope de Vega a renunciar a la gloria militar, no sin antes haber visto morir en sus brazos a su hermano.
De nuevo en Madrid, admitido como secretario del joven marqués de Sarria, después conde de Lemos, concurrió con éste a Valencia, con ocasión de las fiestas de la doble boda de don Felipe III con Margarita de Austria y de la infanta Isabel Clara Eugenia con el archiduque Alberto; fiestas cuya relación poética escribió y publicó Lope en 1599.
Sin renunciar a sus amoríos, hacia 1603 contrajo segundas nupcias con doña Juana de Guardia, que le aportó una buena dote y le dio dos hijos, Carlos, quien murió a los 16 años de edad y Feliciana Félix, que se casó ventajosamente siendo muy joven.
Ni su esposa, que falleció al cabo de ocho años de matrimonio; ni sus amores Ilícitos con doña María de Lujan, que también le dio dos hijos naturales; ni las ocultas relaciones que sostenía en vida aún de su esposa y de su amante, con la actriz Gerónima de Burgos; nada en fin: ni pasiones, ni glorias, ni contrariedades distrajeron al gran Lope de Vega de sus estudios y trabajos, y con pasmosa fecundidad iba produciendo obras admirables. Algunas de sus comedias fueron compuestas y representadas en 24 horas. En ningún género se acreditó tanto como en el dramático; a los 72 años tenía ya repartidas por los teatros del reino 1,071 obras.
En el espacio de 24 horas (mitad en un día y mitad en otro) componía un drama de 2,400 versos, esfuerzo que repitió más de 100 veces. El conjunto de sus obras formó unos 2 mil dramas y autos, que componen 133 mil páginas, con 21 millones de versos.
El 28 de diciembre de 1611 sufrió una emboscada en Madrid pero salió ileso. Este suceso determinó que en 1614 tomara el estado eclesiástico, recibiendo la sagrada orden del presbiterado, el título de doctor en teología que le otorgó el papa Urbano VIII.
La vida religiosa de Lope de Vega fue muy ejemplar; mandó construir en su casa un oratorio en el que decía la misa, y no podía celebrar el Santo Sacrificio sin derramar copiosas lágrimas; visitaba los hospitales y socorría a los pobres. A pesar de su estado y de su cercanía con el Santo Oficio, continuó con sus amoríos.
El 24 de agosto de 1635, asistiendo, ya enfermo, a unas conclusiones en el seminario de los escoceses, fue acometido de un desmayo. Conducido al cuarto de su amigo, el doctor Sebastián Francisco de Medrano y luego a su casa, falleció tres días después. Sus funerales fueron magníficos; en ellos tomó parte todo Madrid y el cadáver del gran poeta quedó depositado en la cripta de la iglesia de San Sebastián.
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